CUANDO APRENDEMOS A VINCULARNOS

  • Aprendemos a hablar en primera persona, a decir qué sentimos, qué pensamos o qué necesitamos. Evitamos interpretar las conductas de los otros y favorecemos de este modo la circulación armoniosa de la energía.
  • Dejamos de estar tan centrados en obtener beneficios personales.
  • Dejamos también de reclamar, al lograr ser conscientes de la violencia que despliega esta conducta.
  • Aprendemos a pedir y a aceptar un “no” como respuesta, algo que nos indica tan solo que el otro está ejerciendo su libre albedrío o tenemos que rectificar el camino y formular el pedido a otra persona o a Lo Alto, o bien reconsiderar qué y para qué estamos pidiendo algo.
  • Son los niveles superiores los que se ocupan de resolver en los inferiores lo que es necesario para que el plan Divino se lleve a cabo, en cumplimiento de la Ley de la Manifestación y proveyéndonos de todo aquello que en realidad necesitamos, que puede no ser –y esto es lo más frecuente– lo mismo que lo que queremos.
  • Debería ser un propósito de los humanos construir vínculos e integrarnos en grupos donde podamos demostrarnos en la práctica que vincularnos con lo mejor de cada uno es lo que puede transformar nuestras sombras personales y convocar al Alma grande (Alma grupal evolucionada). La experiencia evolutiva incluye el trabajo individual, el trabajo grupal y el trabajo en red, y, si lo hacemos en la dirección que describimos, habremos de experimentar Lo Divino en todo.
  • (Extraído del libro PASAMANOS A LA CONCIENCIA de Silvia Kamienomostki).

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